De nini a ídolo: la literatura gamberra de Wang Shuo

01 julio 2020 / By Manuel Esteban Pagès

Wang Shuo (1958 -) es el autor de Haz el favor de no llamarme humano (1989).  Editada por Lengua de Trapo en 2002 y traducida por Gabriel García-Noblejas, es una de las novelas más ejemplares de la transición social, política y cultural en China en el cambio de década en los 90 del siglo pasado.

 

La literatura gamberra del escritor chino Wang Shuo

Este mes hemos escogido a Wang Shuo por ser uno de los escritores más representativos de la corriente literaria conocida como “literatura gamberra”; Una literatura modelo de la segunda revolución cultural debida a la apertura de Deng Xiaoping y el revival de la tradición humanística del Movimiento Cultural del 4 de mayo y los preceptos literarios de Lu Xun.

 

Se trata de una literatura librelos escritores ya no están afiliados a la Asociación de Escritores controlada por el gobierno, fresca y urbana. Hilarante, delirante, trepidante, escapista, subliminal y lúcida, son los atributos que describen los 25 capítulos en 315 páginas. Destinada a todos los públicos y, por lo tanto, entendida como bien de consumo, el story telling nos lleva por una sociedad post-maoista en donde el consumismo y la apertura política y económica empiezan a cambiar la escala de valores.

 

Asimismo, la obra plantea uno de los temas más recurrentes de la época en que se escribe: la reafirmación de la superioridad de la raza han, la voluntad de formar parte de un mundo que reconozca y valore a una China decepcionada con los valores que transmite Occidente y que, a la vez, está reclamando un ‘perdón’ a Occidente. De esta manera, la ambivalencia constante a lo largo de los capítulos oscila entre los valores de Occidente y los de China a través de un leit-motiv que se mueve entre la construcción y la destrucción.

 

El escritor chino Wang Shuo

Es una novela que requiere conocimiento de la historia china del siglo XX puesto que Wang usa temas que han marcado su país para subvertirlos y convertirlos en cómicos y grotescos.  En este sentido, y salvando las distancias geográficas y culturales, su obra se acerca a Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza.  Si bien este realiza una crítica social a través de un extraterrestre, nuestro autor chino lo hace al profundizar en el mundo de los liumang. Una palabra dura que denota a un mundo antisocial que se eleva a categoría de criminalidad.  Dicha palabra se extiende, de manera ambivalente, a parte de una generación nini que no les ha quedado más remedio que entrar en el mundo de la prostitución, la mafia o el mercado negro de cualquier índole. Pero también denota a los intelectuales alienados y a los artistas y poetas frustrados. En cualquier caso, el significado de liumang también implica cierta inteligencia y el saber vivir aprendido en la calle.

 

liúmáng 流氓 - gamberro

Nuestros liumang se presentan alienados por lo que queda de los valores maoístas de la Revolución Cultural sufrida por los más adultos que sobreviven al lado de la realidad del consumismo capitalista de los jóvenes de finales del siglo XX. Convertidos en protagonistas, la narración es provocativa y transcurre entre el humor, la ironía, el heroísmo, lo absurdo, la mezcla entre lo real y lo no real, y la provocación.

 

Además, la dicotomía entre la falta de creencias y de valores, y la crítica y ridiculización de la cultura transmitida por un Partido Comunista obsoleto hacia la globalización, comporta que la historia tenga un final destructivo con el vacío absurdo como resultado de todos los esfuerzos.

 

El título del libro ya es la ironía de una de las preocupaciones de Mao: si el sistema socialista no sobrepasa la economía capitalista americana, China merece ser expulsada de la ‘raza humana’.

 

Dos narraciones discurren en paralelo y se suceden simultáneamente.  La principal, con Beijing como decorado principal de todas las acciones, es la que pone en entredicho los valores occidentales y los ironiza.  Se inicia en media res en una reunión donde los personajes principales Bai, Zhao, Liu i Sun se inventan una asociación llamada Comité Nacional por la Movilización Popular (Conamop) “…sin mencionar para nada de qué movilización se trata…” debido a haber perdido los últimos juegos olímpicos. La finalidad de dicho comité es el de crear un ídolo nacional que todo el mundo venere y se sienta identificado en él. Esta es la trama de toda la novela. Son ellos quienes nos presentan a la familia Tang: Tang Yuanbao y Tang Guotao.

 

Yuanbao es el protagonista principal de la historia y a quien recae todo el peso de la responsabilidad de ser el nuevo héroe de China a través de distintas transformaciones: de conductor de bicitaxi de un barrio periférico que apenas nadie conoce a héroe olímpico de la nación conocido de todos, yuxtapuesto a su metamorfosis al pasar por la castración y, finalmente, el cambio de sexo.

 

La segunda narración, que corre alternada con la principal, es la que ironiza la historia de China del siglo XX y tiene como decorado una habitación de una comisaría de policía. El abuelo Tang Guotao es interrogado a modo de purga comunista. Descubrimos que es el último superviviente del movimiento de los Bóxers. Construido a base de diálogos, estos se vuelven abusivos hasta llegar a lo absurdo de encontrarnos con un Guotao culpable de todos los males de China. Así, y debido a la falta de un sistema político sólido en que creer, dichos episodios representan la época de un narcisismo chino que desea la venganza de los males acometidos por Occidente a lo largo de todo el siglo XX.

 

Los personajes de la novela son un compendio de costumbres culturales y de tradición literaria que tienen como objetivo describir la dislocación social que sufren. Los miembros del Conamop representan a los liumang aristocráticos que han perdido poder y privilegios en un capitalismo emergente y que no encuentran su lugar en una China reformista al seguir la máxima maoísta de servir al pueblo.

 

Son, además, los personajes que nos remiten a la tradición literaria del caballero errante cuyos valores morales transmutan hacia la negación de la ideología de la Revolución Cultural con el deseo de hacer justicia a través de un personaje heroico. Por el contrario, Tang Yuanbao representa el liumang de calle convertido en pícaro y que, no tan solo pasa de ser chico a chica, sino que pasa, también, de ser contestatario a ser dócil y agradecido, a darles siempre la razón.

 

En cualquier caso, ambos liumang ejemplifican la manera de hacer dinero rápido y conseguir el éxito social a través de medios no muy lícitos. Una característica que estaba naciendo en China a finales de los años 80 del siglo pasado.

 

Finalmente, Wang Shuo plantea la falta de autenticidad que tiene una tradición cultural fuertemente arraigada en la historia que cree en la inmortalidad del primer emperador. Una falta de autenticidad que se diluye en el momento en que el capitalismo que estaba naciendo daba más futuro a los personajes de Disneyworld que a Buddha.

 

Es así como llegamos al final de la novela que, sin pretender hacer ningún spoiler, nuestro escritor toma la opción de echar fuera de la raza humana a todos los chinos.

Sobre la autora

Manuel Esteban Pagès

Manuel Esteban Pagès, filológo y especialista en varios temas humanistas sobre Asia Oriental por la UOC, Máster en Cultura y Literatura en Asia Oriental y Máster en Estudios de China y Japón: Mundo Contemporáneo, también en la UOC. Actualmente, doctorando en sociología en la UNED. Comparte su pasión por la docencia de idiomas y temas culturales con la escritura en su blog de crítica sociocultural Ruixat. La primera vez que estuvo en China fue en la década de los 90 cruzándola con su mochila. Desde entonces no ha dejado de amar su cultura, su territorio ni su nación.

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